Ford SIERRA 4X4 Todo Terreno
El Sierra con tracción total. Una nueva versión viene a enriquecer la ya amplia familia Sierra. El XR 4x4 es la respuesta de Ford a los tracción total de Audi. Es un modelo a la medida de quienes saben apreciar los refinamientos técnicos
Al probar un modelo que incorpora por primera vez en serie una configuración mecánica proveniente de la competición surge una inevitable pregunta: ¿Será una moda o será una solución para el futuro?. Después de haber probado el modelo de Ford nosotros apostamos por lo segundo, aunque para ello, sin duda, aún pasará bastante tiempo.
Como en casi todo en esto de la tracción hay partidarios para las dos posibilidades. Los defensores de las ruedas delanteras motrices argumentan que son más fáciles de conducir, que tienen un límite más alto y que sin gran experiencia se puede ir bastante rápido. Los que opinan que el tren posterior debe ser el que empuje el coche aseguran que es más divertido de conducir y que sabiéndolo llevar no hay tracción delantera que los siga.
Lo cierto es que ambos llevan parte de razón y sólo hay una forma de ponerlos de acuerdo: montar tracción a las cuatro ruedas. El resultado sin duda complacerá a ambos bandos. Por contra tampoco hay que olvidar que no todo son ganancias y que algo hay que dejar en el camino, aunque tomando como muestra este Sierra 4x4, las ventajas superan con creces a los inconvenientes.
El acelerador manda
La primera sensación que se tiene al ponerse a los mandos de este modelo y empezar a andar ligero es que hay que prestar mucha atención al volante, pues parece como si quisiera escaparse de las manos, por exceso de motricidad en el tren delantero y en las primeras curvas se cierra en exceso la trayectoria.
Este es un "mal" de todos los tracción a las cuatro ruedas y lo cierto es que este modelo de Ford es uno de los tracción total en que menos se nota debido seguramente a lo acertado de la proporción de potencia que se envía a cada tren. Así el tren delantero recibe una tercera parte de la potencia y el posterior las dos restantes, evitándose en buena medida la sensación de subviraje que se produce en los "tracción total".
Una mecánica veterana: Necesita una revitalización
Una vez superados los primeros kilómetros de adaptación se empieza a tomar el gusto por la velocidad y sensación de seguridad con que el vehículo aborda las curvas. La única preocupación que hay que tener es tomarlas con la palanca de cambio en una marcha que nos permita tener respuesta del motor en caso de apuro; en estas condiciones y sólo a base de acelerador y volante se puede salir de cualquier situación, por comprometida que parezca.
El terreno donde mejor desarrolla sus cualidades es en las carreteras de montaña, con abundantes virajes y cuanto más cerrados mejor. En las típicas curvas de 180 grados de los puertos es una delicia llegar a la entrada de la curva, introducir segunda y pisar el acelerador a fondo. En un principio parece como si el coche rehusara seguir el camino marcado por la dirección, pero, como si un hilo le enganchara del chasis y le hiciera girar, el coche traza un semicírculo perfecto.
Cuando ya se circula realmente rápido y por curvas enlazadas, la tendencia es de un ligero sobreviraje, el que tanto añoran los amantes de la tracción trasera, pero que en este modelo es mucho más fácil de conseguir, ya que un pisotón al acelerador pone las cosas en su sitio.
Conforme el terreno se degrada o el asfalto se pone más difícil por gravilla o lluvia, las ventajas sobre el sistema tradicional aumentan, ya que la acción de los autoblocantes se deja notar y permite pasar rapidísimo por sitios en los que los vehículos tradicionales obligan a llevar precaución.
En buenas carreteras y trayectos despejados la diferencia entre los modelos tradicionales y este de tracción total ya no es tan acusada. Es más, en ciertos aspectos le superan claramente. Uno de ellos es la rumorosidad, que sobre todo cuando el coche está frío (y por tanto el aceite de los diferenciales y la silicona de los autoblocantes es más denso) es claramente más elevada. Algo parecido sucede con las prestaciones, que a igualdad de mecánica y desarrollos son ligeramente inferiores, debido sin duda a las mayores resistencias mecánicas.
El desglose de Ford
Al replantear la marca alemana las versiones del Sierra decidieron eliminar eliminar el llamativo XR-4i por dos modelos: el 2.0 S y este XR 4x4. La verdad es que la mezcla ha quedado un tanto rara, pues si bien el 2.0 S responde bien por línea, comportamiento y prestaciones al concepto de berlina deportiva, este XR 4x4, que debía ser claramente racing, falla en algunos aspectos.
Parece como si con este modelo Ford hubiera querido jugar dos cartas a la vez: la de coche representativo pero dotado de las últimas técnicas o bien la de coche eminentemente deportivo. El resultado queda a medio camino entre ambas, sin satisfacer plenamente a ninguna de ellas.
Si se quiere una berlina con toda la técnica en boga no se entienden demasiado bien unos tarados de suspensión claramente duros o un equipamiento más bien espartano para esta categoría de coches. Si se ha querido un deportivo sobran a nuestro juicio dos puertas laterales y falta una mecánica algo más alegre y una caja de cambios menos recalcitrante por lo lento y duro de su manejo.
Analizando el modelo tal como lo ofrece de momento Ford digamos que no es un coche que pasa desapercibida para el que lo prueba. Junto a grandes virtudes se intercalan algunas lagunas, si bien es cierto que puestas unas y otras en el fiel de la balanza ganan claramente las primeras.
Ya hemos mencionado la prodigiosa estabilidad y la magnífica tracción que tiene el modelo. Las dos cosas son debidas a los acertados tarados de la suspensión, bastante más rígidos que en el XR4i, y la correcta elección del reparto de fuerza entre ambos trenes.
Sobre la tracción no nos queda la más mínima duda, pues haciendo salidas "a tope" tanto en arena como en terreno resbaladizo (el carril BUS justo después de ser regado por la noche), el coche parte como una flecha. También es cierto que a pesar de ser 150 CV los anunciados, la forma de entregarlos es bastante parsimoniosa, lo que favorece el correcto agarre en arrancadas.
Otro punto favorable es la dirección. Por supuesto es servoasistida, modalidad casi obligatoria en los tracción total para que no resulte excesivamente cansada en ciudad o carreteras viradas. La de este Sierra es de progresividad variable, más rápida, cuanto más se gira el volante, bastante directa pero que mantiene un excelente tacto esencial en los vehículos de este tipo.
Agresivo frontal: Se nota la ausencia de tomas de aire
En el lado negativo de la balanza colocamos el motor. Ya lo comentamos cuando probamos el Scorpio 2.8i, que si bien es cierto que es ligeramente diferente da la misma sensación de falta de alegría, sobre todo en la gama alta de revoluciones, a la que tarda mucho en acceder, haciéndolo, además, con un ruido bastante desagradable. Por otro lado sus consumos, sobre todo a bajas velocidades, son ligeramente más altos que los de sus rivales.
Otro punto a criticar son los frenos. Por sí solos no llamarían la atención ni a favor ni en contra, pero al estar incluidos en un modelo de tan rápido andar en seguida desentonan, tanto por lo que se alargan las frenadas como por la sensación de esponjosidad del pedal. Sobre el XR4i se ha dado un paso adelante en el equipo, ya que los tambores traseros se han sustituidos por discos, pero parece que no ha sido suficiente. Quizá con sistema antibloqueo, que se anuncia para después del verano, la cosa funcione mejor.
Por último, para terminar con lo que menos nos ha gustado, hay que hablar de lo caluroso que es el habitáculo. De serie el coche incluye aire acondicionado, opción necesaria, pues sin ella el interior es un horno, máxime cuando la unidad de pruebas era negra, y por muy rápido que se vaya la entrada de aire dinámica es poco menos que simbólica.
Paso a paso
Para valorar en su justa medida este modelo lo más lógico es su comparación con el varias veces mencionado XR4i, del que hace pocas semanas hicimos una prueba comparativa con el Alfa GTV. Respecto a aquél, el avance es evidente. El comportamiento en todo tipo de terrenos es superior, tanto más cuanto más difíciles sean las condiciones. Aunque se ha perdido algo en prestaciones y consumos, es un precio que se paga a gusto sabiendo la mayor seguridad que tiene el modelo.
Discreción posterior: Sólo destaca el anagrama y el spoiler
Por prestaciones, este modelo supera ligeramente la barrera de los 200 km/h, quedándose un poco pobre la cifra de aceleración ya que no consigue bajar de los 31s6/10 en el kilómetro saliendo de parado. Los consumos son ligeramente altos, culpando de ello a partes iguales al motor, la transmisión y un uso bastante intensivo del acelerador durante las pruebas.
En nuestro Resumen de Pruebas hemos incluido (fuera de todo cómputo) un recorrido que hicimos en caminos de tierra bastante rápidos en los que destaca la alta velocidad media conseguida con un consumo no excesivamente disparado. Ambas cifras podrían haber sido algo mejores de contar con una caja más rápida y fácil de usar. Los demás resultados demuestran que el consumo está en función de lo que se exija al coche y a las condiciones del tráfico.
Para los seguidores de nuestras pruebas tenemos que explicar la ausencia de nuestro habitual cuadro de potencia del motor obtenido en nuestro banco de pruebas. La respuesta es muy sencilla: al no poderse desconectar ningún tren de tracción no es posible medirlo con un sólo juego de rodillos sin cometer posibles errores de cálculo.
Queda bastante claro que el coche nos ha gustado y habrá que empezar a pensar que los 4x4 ya no son sólo para el campo y para las carreteras invernales. Un correcto reparto de potencia entre ambos trenes le proporciona un comportamiento muy similar a cualquier tipo de tracción, pero con la ventaja de que contamos con una reserva de seguridad que en los otros no existe.
Por: Enrique Zorzano
Fotos: F.J.F.
Línea agradable: Esconde un comportamiento agresivo
Link Info: Test del ayer
0 comentarios:
Publicar un comentario